El tema es apasionante y nada simple. Se trata del sentido de la vida, del sufrimiento del ser humano, de la absurdez de la vida, del milagro que supone la misma, de valientes que viven y se quitan la vida… En el fondo, de algo que nos supera a todos: el ser humano. Nosotros mismos. Lee el resto de esta entrada »
No ignoro que el recurso de beber para huir es un viejo truco pero ¿conoces tú alguno más eficaz para escapar de ti mismo? Una copa acartona el recuerdo, pero, al propio tiempo, convierte la onerosa gravedad de tu cuerpo en una suerte de porosidad flotante. Algo parecido a la fiebre. Pasado el trance, sobreviene el decaimiento, pero hay un medio para evitarlo: mantener en sangre una dosis de alcohol que te imbuya la impresión de que participas en la vida, de que la vida no pasa sobre el hoyo en que te pudres sin advertirlo. Esta forma de energía suele identificarse con la alegría, aunque, por supuesto, no es la alegría…
Forrest Whitaker es Charlie Parker, el saxofonista mejor de la historia
Tienen poco que ver salvo el personaje pero la última semana le eché un ojo a la película «Bird» (1988) de Clint Eastwood (que a sus más de 80 años sigue haciendo el mejor cine americano, manda huevos, guste o no) y a pesar de ser larguísima, meticulosa e infernal, pude comprender que la genialidad es una tara para conseguir ser normal: y luchamos por ello. La película vale la pena por la extraordinaria interpretación de Forrest Whitaker; un actor infravaloradísimo.
«Yo solo tengo unas cuantas certezas. Sé que es mejor amar que odiar, la justicia que la injusticia, la verdad que la mentira, aunque la literatura es una gran mentira pero bien contada…»
Es un fragmento de un libro (bastante regular) de Elena Ponitaowska, La piel del cielo. Resulta que últimamente me ha dado por reflexionar qué es la Cultura en sí, globalmente. Qué es el arte, qué la música, qué la literatura, para qué un pintor, y un novelista, y un poeta. Y no digamos ya Lee el resto de esta entrada »
Con 53 años moría en San Petersburgo el compositor ruso Tchaikovsky. Su última obra, según cuentan los entendidos, era un claro reflejo de su estado permanente de depresión. El nombre: «Patética» (1893). Walt Disney, con buen criterio, prefirió para la obra maestra de «Fantasía» (1940) una parte del «Cascanueces». Por algo sería.
Yo siempre deseé morir así: como un árbol dormido, como un tilo hechizado, en la paz de la noche, por la luz de la luna. Pero tampoco en esto tengo la fortuna de mi parte. No sólo estoy muriéndome completamente solo, totalmente indefenso, sino que soy consciente en cada instante de cómo el hielo va avanzando por mi sangre. No sólo estoy despierto- despierto y desvelado -ante las puertas de la muerte, sino que, desde hace muchas noches el sueño y sus misterios me han abandonado. Y, por si ello fuera poco, en lugar de dormirme, en lugar de ayudarme a enfrentarme a la muerte, la luna se deshace y también me abandona.
JULIO LLAMAZARES, La lluvia amarilla (capítulo 17)
ÉL : ¡Sí!, Por fin. Que duro fue esperar.
Ella : ¿Quieres dejarme?
ÉL : ¡NO! Ni siquiera lo pienses.
Ella : ¿Tú me amas?
ÉL : Por supuesto, una y otra vez
Ella : ¿Alguna vez me has sido infiel?
ÉL : ¡No! ¿Cómo te atreves siquiera a preguntar eso?
Ella : ¿Me besarías?
ÉL : En cada oportunidad que tenga
Ella : ¿Te atreverías a golpearme?
ÉL : ¿Estás loca? No soy ese tipo de persona
Ella : ¿Puedo confiar en ti?
ÉL : Sí
Ella : ¡Mi amor!