“La Soga” (1948), la película de Alfred Hitchcock basada en la obra teatral de Patrick Hamilton, narra el estrangulamiento de un inocente a manos de dos personajes que, sobre todo uno, quieren llegar a ser el “superhombre” de Nietzsche: crear sus propios valores y dejar las leyes que los hombres han fabricado para los mediocres. La película es un alarde técnico inmenso (está rodada en dos secuencias únicamente), con unos diálogos fabulosos y un suspense del que ya no se hace. Pero creo que Nietzsche sale bastante mal parado, injustamente, como durante casi todo el S. XX, sobre todo a raíz de la equivalencia que hemos otorgado a sus escritos con la ideología nazi.
Hitchcock, un inteligentísimo director de cine, no es un gran filósofo Lee el resto de esta entrada »