Edurne Pasaban y su sherpa mirando la cima del Kangchenjunga
Estoy siguiendo la aventura de Edurne Pasaban por las montañas del Himalaya. Aventuras ya ha tenido unas cuantas esta chica, alpinista; esta vez va a por la leyenda: se trata de ser la primera mujer que escala los “catorce ochomiles” de la Tierra, las catorce montañas más altas de nuestro mundo, que pasan de 8000 metros sobre el nivel del mar. Le quedan dos: el Annapurna y el Shisha Pangma, este último ha sepultado bajo sus nieves a veintiuna personas.
Fernando Merlo era un poeta andaluz que apareció muerto detrás de la barra de su propio bar con una jeringuilla en la mano. Ni siquiera tenía 30 años. Drogadicto confeso dejó muestra de cierta lucidez dentro del vacío que conlleva un combate ya perdido. Como muestra este poema encontrado por unos amigos suyos poco antes de morir:
A mis venas
Estos cauces que ves amoratados
y de amarillo cieno revestidos,
eran la flor azul de los sentidos,
que hoy descubre sus pétalos ajados.
Besos verdes de aguja en todos lados
hieren la trabazón de los tejidos
y denuncian los brazos resentidos,
la enigmática piel de los drogados.
Las que llevaban vida y alimento
son tibias cobras de veneno breve,
blanco caballo con la sien de nieve.
Trotando corazón y sentimiento
que por las aguas de la sangre vierte
con rápido caudal la lenta muerte.