Propongo un ejercicio sencillo con la «rayuelada» de hoy: recordad o, simplemente, comentad comienzos de libros. Recordar por qué terminé de leer un libro para mí, muchas veces, es recordar el principio del relato. Ese imán. Sé que no tiene por qué ser así pero empezar bostezando con un texto no es buena señal.
En «Rayuela» ocurre una cosa curiosa: el principio es este, el comienzo lógico, el Capítulo 1, las primeras palabras. Pero ya dije que Cortázar concibió el libro con la idea de no poner límites a su literatura, a la lectura: ya puse el Capítulo 73 en una entrada anterior, que es el otro comienzo, pero tras ese capítulo, en ambas versiones, la acción se empieza a desarrollar aquí; en el Pont des Arts, lleno de postalitas con imágenes de artistas… Siempre buscando… Lee el resto de esta entrada »